Consejo Nacional de Educación

A los responsables de la educación en el inicio del año escolar

El actual contexto nacional ha revelado una urgente necesidad de diálogo cívico, amplio, abierto y tolerante. Frente al próximo debate sobre una nueva Constitución y la manera de construirla, los estudiantes en cuanto protagonistas de hechos relevantes que han antecedido a estos procesos recientes, deben encontrar en los establecimientos educacionales los espacios para atender a esta necesidad de debate abierto y respetuoso. El Consejo Nacional de Educación, anima a que en su actividad diaria, sus directivos y profesores, favorezcan la reflexión y el diálogo entre los estudiantes. Este desafío requerirá prepararse, buscando los espacios para trabajar en equipo y obtener apoyo e información en los centros de recursos públicamente disponibles.  

En estos espacios de diálogo, será importante reconocer la legitimidad de las demandas sociales y visualizar la crisis social y política como un hecho que cuestiona a muchas de nuestras instituciones, y al mismo tiempo, condenar firme y claramente el uso de la violencia. 

Es primordial orientar a los estudiantes a reconocer la diversidad y complejidad de los factores involucrados en la crisis, instando al debate, pero evitando la identificación simplista una causa única o específica. Al mismo tiempo, se debe procurar que el debate se centre en hechos e ideas, evaluando cómo las instituciones políticas y estructuras sociales dan respuesta a las necesidades colectivas, y no en personas o grupos determinados.

Es necesario permitir la expresión de todas las ideas y opiniones de los estudiantes en un marco irrestricto de respeto mutuo y de equidad, y estimular la participación de todos en la vida cívica. Es de la mayor relevancia resaltar los valores de la tolerancia y el respecto, distinguir las maneras legítimas de manifestarse, la importancia de los procedimientos democráticos y de los derechos fundamentales.

Asimismo, es fundamental proporcionar oportunidades para reflexionar sobre la importancia del diálogo, la deliberación colectiva, el voto y la elección de representantes como las mejores formas que tenemos de abordar los problemas comunes y hacer realidad los valores compartidos, como la justicia, la solidaridad y la libertad. 

Finalmente, recomendamos enfatizar la necesidad de informarse de modo acucioso, crítico y responsable sobre las noticias y sobre las diferentes posturas.

No se trata solo de abordar adecuadamente la contingencia, sino de cumplir con la ineludible función formadora que tienen los establecimientos educacionales, tal como se establece en sus Bases Curriculares. En efecto, en ellas es posible encontrar orientación, pues promueven actitudes y habilidades cruciales para la participación plena en la sociedad democrática, tales como la valoración de la democracia y sus mecanismos, el respeto y valoración de los derechos de todos, la responsabilidad, el pensamiento crítico, la colaboración, el análisis de la información, el uso responsable de redes sociales y el cuidado del medioambiente.

Invitamos a los directivos y profesores de los establecimientos educacionales a ver esta ocasión como oportunidad para que sus estudiantes desarrollen aprendizajes de gran relevancia, generando dentro de sus labores habituales las condiciones para que ellos y ellas formen opiniones propias y bien fundamentadas, y se animen a contribuir de manera constructiva a los debates que se generan y a la solución de los problemas, en un espacio de fraternidad y de respeto al otro.